ARTÍCULO DE OPINIÓN: ARQ. DANIEL STINCHI, Responsable de Estrategia Comercial y Financiera de Kraftwelt
Desde hace semanas recibo, a través de las redes, un bombardeo de información acerca de cómo la escalada exponencial de la Inteligencia Artificial hará que nosotros -los Arquitectos- perdamos nuestro trabajo.
(Nota al margen: cuando leo o veo videos sobre estos temas, extraño la visión del Dr. Edmundo Cavalli.)
Esto me llega tras concluir la lectura de “Homo Deus, breve historia del mañana”[1], un libro del historiador israelí Yuval Noah Harari, quien explica el nacimiento de una nueva era post Homo Sapiens.
En Homo Deus, Harari explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que irán moldeando el siglo XXI – desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia artificial.
Pues bien, no quiero exagerar, pero desde el lockdown del 2020 vengo pensando en cuál es el beneficio de estos “avances de la humanidad” para nuestra sociedad: ¿simplificarnos la vida? (AI), ¿mejorar nuestra experiencia de compra? (Metaverso), ¿tener más tiempo para el ocio?, ¿bajar el costo operativo de las Empresas Globales reduciendo la mano de obra?…
Todos fuimos testigos de la aceleración que experimentó la virtualidad planificada, a partir del encierro forzado por la pandemia del Covid19 (¿casualidad?), y si bien desde hace tiempo la virtualidad entró en nuestras vidas…hoy no me queda claro el beneficio.
Para citar un caso, pensemos en el “Home Banking”. Su objetivo era liberarnos físicamente de hacer largas filas en las sucursales de los bancos, bajo la promesa de hacernos sentir “virtuales y modernos”; sin embargo esa “liberación” se convirtió en más trabajo para nosotros -sus clientes- que debemos ser capaces de recordar mil passwords -pagando la misma comisión- y sufrir por un déficit de atención, culpa de la controvertida virtualidad: la reducción de empleados y el lamentable cierre de sucursales…
Vayamos al caso del Retail…
Mark Zuckerberg hace eco del Metaverso y con el cambio de Facebook por Meta lanza en el 2022 el visor Cambria “…un universo pos realidad, un entorno multiusuario perpetuo y persistente que fusiona la realidad física con la virtualidad digital…” , pero cuál es su propósito?
Según Facebook, el 48% de las personas que ven contenido de caridad en realidad virtual pueden donar a la causa que experimentan. Esto se debe a la capacidad de la herramienta para crear empatía, al transportar a los usuarios a otro mundo y al colocarlos en los zapatos de otra persona. Otra investigación respalda esto: un estudio de Nielsen de 2017 reveló que el 84% de los espectadores de RV (Realidad Virtual) mostraron un recuerdo de la marca, en comparación con solo el 53% de los que vieron publicidad de vídeo estándar. [2]
Si bien el Metaverso es un concepto que ha cobrado mucha fuerza en los últimos años, especialmente en el ámbito tecnológico, apareció por primera vez en 1992 de la mano del escritor estadunidense Neal Stephenson, en su novela Snow Crash. [3]
Lo interesante del Metaverso es que “podría transformar la forma en que hacemos negocios, permitiendo a las empresas crear experiencias de marca más personalizadas y participativas. También podría tener aplicaciones en la educación, permitiendo a los estudiantes explorar el mundo de manera más interactiva y colaborativa.”
Con este combo de información direccionada en la cabeza, me encontré en un “meet” programado con Luis Carlos Vazquez Arias, consultor en Metaverso Consulting y de Empresas que franquician.
Luis es español, y desde Barcelona me adelantó lo que se viene en materia de Inteligencia Artificial para la Arquitectura, describiéndome proyectos que ya se están implementando en Europa.
Bajo el concepto de Metaverso, están proyectando oficinas, centros comerciales, hoteles…, en definitiva, están proyectando “…un mundo diferente al que vivimos hoy” aprovechando la existencia de una nueva generación de usuarios (potenciales clientes) afines a la virtualidad (producto del blockdown) o que ya son parte de la generación Alfa (niños nacidos entre 2010 y 2025).
El circulo de este “mundo diferente” se completa con los NFT (token no fungible, también se puede traducir como «dinero no intercambiable») y las Criptomonedas, una forma perfecta de concentrar el poder económico en pocas manos.
Aunque este cambio es realmente disruptivo, una vez más los arquitectos nos deberemos adaptar, no solo a técnicas digitales sino a la importancia que tendrá el diseño de lo proyectado por sobre su materialización, ya que en la virtualidad todo es posible.
Mientras la Inteligencia Artificial solo procese información, el tiempo de crear todavía no se termina. Igual nos queda un plazo para adaptarnos, ¿cuánto? no lo sé, pero el impulso dicta que será pronto. Por las dudas, ya estamos en marcha.
(Como diría mi amigo Edmundo, la omnicanalidad tiene un soporte más para agregar. ¿Será el más utilizado…?)
Concluyendo, les dejo una frase del autor de Homo Deus que salió publicada en @infobae (por supuesto, diario digital):
“…Hemos inventado algo que nos quita poder y está sucediendo tan rápido que la mayoría de la gente ni siquiera entiende lo que está pasando. No sé si los humanos podrán sobrevivir a la Inteligencia Artificial…”
Arq. Daniel Stinchi
(Esta nota pudo haber sido generada por IA…jejeje)