La pandemia provocó un profundo cambio de los vínculos laborales: menos espacio, trabajo a distancia y objetivos por productividad.
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Hay un antes y un después. El home office, sin dudas, fue el cambio más importante que produjo la pandemia en el mundo de las empresas. Hasta fines de 2019, el 6% de los norteamericanos trabajaban remoto, mientras que ahora el 40% realizan las tareas desde sus casas. Según un Informe de Calidad de Vida 2021 realizado por Vistage (organización líder mundial de CEOs, altos ejecutivos y dueños de compañías que nació en Estados Unidos, con oficinas en 20 países), el 78% de los consultados respondió que su firma no se achicó en metros cuadrados de oficina -ni prevén hacerlo en los próximos meses-, mientras que respecto de la cantidad de jornadas de trabajo a distancia, el 26% realiza los cinco días de la semana bajo esa modalidad y el 48% tiene a sus colaboradores trabajando remoto tres o más días en la semana y planean que, en un futuro, este número bajará a 32%.
Productividad
Por otro lado, el 12% de los encuestados valoró que sus empleados son más productivos trabajando remoto. “Este año el informe muestra claramente el impacto que causó la pandemia en las rutinas laborales y cómo los líderes empresarios se adaptaron rápidamente para enfrentar este contexto. A su vez, a partir del cambio de escenario notamos una mayor valoración del tiempo que se dedica a las actividades personales y familiares”, expresa Guadalupe San Martín, CEO de Vistage Argentina.
“Uno de los aprendizajes de la pandemia es que la tecnología y la colaboración son pilares clave en el futuro de las organizaciones. Éstas se enfrentan a un nuevo paradigma de colaboración que excede el trabajo remoto: el trabajo hoy es más digital pero fundamentalmente más colaborativo y flexible”, explica Rodrigo Ponce, Gerente General de Google Cloud para Argentina y Uruguay. Según datos de Global Workplace Analytics, el 80% de la fuerza laboral desea flexibilidad para trabajar desde casa, al menos una parte del tiempo. “La cultura argentina siempre se adapta a todo, es una cultura muy versátil por el entorno donde se desarrolla, de todos modos, la resistencia al cambio se encuentra en los genes porque todos quieren el cambio, pero muy pocos quieren cambiar”, cierra Diego Gabino, de Farmacia del Parque.
“Esto fue una gran sacudida para la humanidad en general y para los empresarios argentinos en particular, teniendo en cuenta que nos caracterizamos por una capacidad única que es la llamada resiliencia. capacidad de afrontar la adversidad de una forma en la que en cada crisis encontramos la oportunidad de salir a flote. de eso sabemos mucho, lamentablemente. aquello que no nos destruye, nos da fuerzas”, agrega Rubén Hamra, titular de Bolsashow, empresa que se especializa en la fabricación y distribución de bolsas, perchas y artículos de embalajes en general.
El empresario no duda en señalar que “en nuestro ámbito laboral, fue un gran apagón, como una desconexión que tuvimos y que nos dimos cuenta de que podíamos desconectarnos por un rato y arrancar nuevamente”, señala.
Otro escenario laboral
“La pandemia aceleró los tiempos en que se iban a dar estos cambios. El home office llegó para quedarse, pero hay rubros donde hasta el momento no se ve una evolución rápida para que eso suceda, uno de estos rubros es en el nuestro”, expone Gabino. Desde su visión, “el tener un colaborador de forma física en la empresa hace que el control visual por parte de un superior pueda ser la vara con la que se mide el trabajo; en cambio, en el home office el método de control son diferentes indicadores que dan certeza o medición del nivel de avance sobre los objetivos establecidos por la empresa”.
Para Gabino, “algo que ha cambiado mucho son las emociones, cosa que sucede en la mayoría de los trabajos donde el personal de salud se encuentra expuesto. No hay que olvidar que las farmacias somos uno de los rubros exceptuados que nunca pararon, y por todo esto, sumado al incremento de la demanda de ciertos segmentos de productos, el personal se encuentra agotado física y psíquicamente”.
Nicolás Pérez, de Building Controls, aporta su visión: “Creo que tendremos por varios años un mix de tareas bajo dicha modalidad, pero la presencialidad y la necesidad de interactuar con nuestros pares va a ser necesaria”. Y amplía “Las ventajas del home office son en cuanto a la productividad al momento del desarrollo de tareas de análisis o repetitivas, pero la desventaja es la de poder interactuar con otros pares en tiempo real, lo cual en nuestra actividad resulta esencial para el aprendizaje del día a día como coordinación de tareas más allá de que podamos tener reuniones virtuales”.
“En nuestro caso, siendo una empresa de ingeniería cuyo core business principalmente es la realización de proyectos de sistemas de control para edificios e industria, se generó una mayor demanda de respuesta de parte de clientes como proveedores donde las distancias y los tiempos se achicaron significativamente elevando de igual manera las exigencias”, explica Pérez. En este aspecto, el ejecutivo destaca que “no se registró” una modificación en el contrato laboral entre empleado y empleador, aunque destaca que “cambiaron algunos paradigmas donde las empresas hemos tenido que ser más flexibles ante el contexto y el personal, en general, han tomado la misma actitud”. Los nuevos tiempos del mundo de las empresas. La era del home office.